Días de esos en los que echo de menos los mensajes, las cervezas, los white russians, las fiestas.
Echo de menos hasta pelearnos, las noches, los conciertos, tu cama, mi terraza y botellas de vino que se van vaciando.
Tardes no productivas, echo de menos que seamos amigos. Echo de menos cuando no jugábamos a tener 15 años, cuando no nos ignorábamos. Quiero que volvamos a ser como antes, que nos de igual escribirnos porque sabemos que el otro se reirá siempre. Mierda. Que manía de complicar las cosas.
Quedarnos dormidos con la música puesta, despertarnos y contarnos nuestros sueños, llorar sin parar y abrazos. Miradas divertidas sin significados ocultos.
Ahora es muy raro. Fingir todo el rato que no pasa nada, que todo esta igual que siempre. Que todo piensen que somos tan guays como siempre, que nuestra relación es libre de todo, que sólo nos divertimos, que no pasa nada.
Pero joder, claro que pasa, detrás de nuestra perfecta puesta en escena viene toda la mierda, todo el daño que nos hacemos. Nunca contamos con ello. Sí, nosotros, las almas libres que no van a acabar sintiendo nada por el otro, que sólo estamos juntos para divertirnos. Se suponía que ésos éramos nosotros, teníamos que serlo, pero no, ahora no hay día en que no pare de pensar en ti. Estoy hipersensible. Y yo que no quería nada serio. Que puto enfado tengo.
Te odio. Me estás rompiendo el corazón. Estás rompiendo mi postureo. Estás acabando con mi paciencia. Estás rompiendo la puta estructura de mi vida.
Mystery's mistery
Music, my only true love
just let me hear some of that rock'n'roll music
jueves, 4 de octubre de 2012
martes, 2 de octubre de 2012
Amores eternos de cinco minutos
¿ Dónde estás?
¿ Por qué me haces esto?
Por fin conseguía verlo todo un poco más cristalino, por fin sabía lo que tenía que decirte. Ya había repasado la conversación en mi cabeza, había analizado cada una de las formas en las que podías reaccionar. Había soñado contigo, había repetido todo aquello en mi sueño.
"No busco nada serio. No quiero comprometerme, tengo 20 años. Y me gustas. Pero me siento estancada. Debemos avanzar o retroceder, pero debemos hacer algo."
La cantidad de veces que habré estudiando estas lineas. Tenían que sonar así, perfectas para mí.
Se suponía que debías contestarme. Se suponía que me tenías que dar la oportunidad de escupir todos mis pensamientos, de aclarar nuestras ideas. Sí, las nuestras.
Pero sólo se supone, porque obviamente no ha sido así, porque has decidido recurrir a la inmadurez, ha hacer que mi cabeza de vueltas sin parar a punto de explotar. Has jugado sucio. Por Dios, no tienes 15 años. No seas ridículo. No soy tonta, sé perfectamente lo que estás haciendo.
Tú creías que esto sería más fácil, que yo me daría por vencida después de 4 besos.
Lo siento, ya te lo dije, yo no soy así. Yo no soy tan predecible. Mis amores eternos no son de cinco, ni de diez, ni de veinte minutos. Las cosas conmigo no funcionan así.
Pero claro, tenías que empezar una puta guerra, quieres sangre, quieres drama y lágrimas a medianoche. Insomnios estúpidos, fines de semana sin hablar y que me rinda sin condiciones. Sí, me has puesto en el punto de mira y han empezado tus ataques. Has empezado a desplegar tus tropas, a estudiar tus tácticas, a planear tus ataques minuciosamente. Has preparado tus armas y los tanques están listos y dispuestos. Weekend Wars. Guerras de fin de semana. He de admitir, ha sido una sorpresa. No me esperaba esto de ti. Bien jugado, muy bien.
La cuestión es que, te lo he repetido tantas veces que ya deberías saberlo, yo no soy como las demás.
Yo voy a luchar en esta guerra. Quizás ya tienes una batalla ganada. Pero ambos sabemos que se necesita mucho más. Y esta guerra la voy a ganar yo. Mi batallón esta preparado. Contraataque.
Te aseguro que vas a caer rendido. Vas a acabar queriendo todo lo que yo he querido, y me vas a suplicar que esto acabe.
Ya te lo dije, para mí las cosas no se terminan en cinco minutos.
¿ Por qué me haces esto?
Por fin conseguía verlo todo un poco más cristalino, por fin sabía lo que tenía que decirte. Ya había repasado la conversación en mi cabeza, había analizado cada una de las formas en las que podías reaccionar. Había soñado contigo, había repetido todo aquello en mi sueño.
"No busco nada serio. No quiero comprometerme, tengo 20 años. Y me gustas. Pero me siento estancada. Debemos avanzar o retroceder, pero debemos hacer algo."
La cantidad de veces que habré estudiando estas lineas. Tenían que sonar así, perfectas para mí.
Se suponía que debías contestarme. Se suponía que me tenías que dar la oportunidad de escupir todos mis pensamientos, de aclarar nuestras ideas. Sí, las nuestras.
Pero sólo se supone, porque obviamente no ha sido así, porque has decidido recurrir a la inmadurez, ha hacer que mi cabeza de vueltas sin parar a punto de explotar. Has jugado sucio. Por Dios, no tienes 15 años. No seas ridículo. No soy tonta, sé perfectamente lo que estás haciendo.
Tú creías que esto sería más fácil, que yo me daría por vencida después de 4 besos.
Lo siento, ya te lo dije, yo no soy así. Yo no soy tan predecible. Mis amores eternos no son de cinco, ni de diez, ni de veinte minutos. Las cosas conmigo no funcionan así.
Pero claro, tenías que empezar una puta guerra, quieres sangre, quieres drama y lágrimas a medianoche. Insomnios estúpidos, fines de semana sin hablar y que me rinda sin condiciones. Sí, me has puesto en el punto de mira y han empezado tus ataques. Has empezado a desplegar tus tropas, a estudiar tus tácticas, a planear tus ataques minuciosamente. Has preparado tus armas y los tanques están listos y dispuestos. Weekend Wars. Guerras de fin de semana. He de admitir, ha sido una sorpresa. No me esperaba esto de ti. Bien jugado, muy bien.
La cuestión es que, te lo he repetido tantas veces que ya deberías saberlo, yo no soy como las demás.
Yo voy a luchar en esta guerra. Quizás ya tienes una batalla ganada. Pero ambos sabemos que se necesita mucho más. Y esta guerra la voy a ganar yo. Mi batallón esta preparado. Contraataque.
Te aseguro que vas a caer rendido. Vas a acabar queriendo todo lo que yo he querido, y me vas a suplicar que esto acabe.
Ya te lo dije, para mí las cosas no se terminan en cinco minutos.
viernes, 28 de septiembre de 2012
The story I heard
Soy complicada. Lo quiero todo o no quiero nada. No me bastan besos por noches, no me valen caricias tiernas de vez en cuando. No puedo aceptar que hoy me quieras pero mañana no.
O te entregas a mí, o esto no tiene ningún futuro.
Quiero ir al río contigo, quiero ir a beber copas de vino, ir al cine, bailar, cocinar, cenar, hacernos regalos.
Quiero que me dejes ir, que no me busques más, que no me vuelvas a besar, que vuelvas por donde has venido, que te olvides de mí.
Nunca me han gustado los amores de verano, me gustan mucho más los de invierno, me gusta sentir el calor de otra persona, me gusta la ropa de abrigo, me gusta que me besen y sentir las caricias de unas manos congeladas. Me gustan las miradas bajo los copos de nieve.
Y no, no soy conformista. Las cosas deben ser como yo quiero. Se me da fatal esto del amor.
Dejé todas mis dudas en aquel avión, aquel que me trajo hasta ti.
Estoy harta de noches de las cuales recuerdo la mitad, de nuestros besos con sabor a alcohol y chicles de menta. De darle tres mil vueltas a todo. Dime de una puta vez lo que quieres.
Lo quiero todo. Lo quiero todo contigo.
O te entregas a mí, o esto no tiene ningún futuro.
Quiero ir al río contigo, quiero ir a beber copas de vino, ir al cine, bailar, cocinar, cenar, hacernos regalos.
Quiero que me dejes ir, que no me busques más, que no me vuelvas a besar, que vuelvas por donde has venido, que te olvides de mí.
Nunca me han gustado los amores de verano, me gustan mucho más los de invierno, me gusta sentir el calor de otra persona, me gusta la ropa de abrigo, me gusta que me besen y sentir las caricias de unas manos congeladas. Me gustan las miradas bajo los copos de nieve.
Y no, no soy conformista. Las cosas deben ser como yo quiero. Se me da fatal esto del amor.
Dejé todas mis dudas en aquel avión, aquel que me trajo hasta ti.
Estoy harta de noches de las cuales recuerdo la mitad, de nuestros besos con sabor a alcohol y chicles de menta. De darle tres mil vueltas a todo. Dime de una puta vez lo que quieres.
Lo quiero todo. Lo quiero todo contigo.
domingo, 2 de septiembre de 2012
I wanna breathe that fire again
Me siento confundida. El verano ha cambiado mi vida por completo. Mi vida no es la misma.
Dos meses de rutina, sin playa, sin sol, sin diversión, sólo libros y matemáticas e integrales. Funciones y ecuaciones diferenciales.
Amores de biblioteca que terminan mal, terminan en una borrachera tras dos meses sobria. Terminan en discusiones y lágrimas. Palabras que se cuelan hasta lo más hondo de mi alma.
Besos confusos, con él y con aquel, besos bajo la lluvia en los conciertos. Confusión en estado puro. Tú, él, yo, nosotros, ya ni lo sé. No sé, te quiero, o no. Me quieres, no. Quiero llorar. Amigos que son algo más por una noche. Noches que son algo más por amigos. Alguien, una noche, un amigo, un para siempre, un final feliz o lágrimas de rabia, quién sabe. La misma historia que pasa por mi cabeza una y otra vez. Si me quisieras menos.
Encuentros en los backstages, chispas saltando por doquier. El mundo y sus antípodas. Mi ciudad y la tuya, los puntos más alejados del mundo. Nosotros más cerca que nunca. Hot Chip, Alt-J, servir copas, la lluvia y el barro. El verano que a la vez es el invierno. Hacía frío, tú me diste el calor, EL calor.
Nuestro pelo rizado. Loca, loco. La contraseña.
Y las oportunidades regaladas. Tíralas a la basura, no son merecidas.
Los mensajes contestados. Las sonrisas, las ganas, sé mío.
Tres personas completamente diferentes. La unión entre ellas, yo. Mierda.
No sé lo que quiero. A ti, a ti, o a ti. Todo depende de la próxima canción. Delta, los cambios. Tú, el sur, las señales. Los triángulos son mi forma favorita. Teselado, en las calles. En nosotros.
Nunca devolviste esa llamada.
Y mi cumpleaños. Y mis regalos. Y los robos. Otra vez mierda, nada más que mierda. Putos todos. Cabrones todos. Gilipollas todos. Quiero volver a ser yo. One life stand. Qué cursi, joder. Que te den. Pero cásate conmigo. Please stay.
Me creía el verano, porque debía ser la única. Y así todos los años. Y así en aleatorio. No es tan inteligente. "Tonta pero guapa", que te den a ti también, capullo.
Te mantendré con bloques de cemento. Qué asco. Perdida en mi propio mundo. Triste, lo mínimo.
Músculo a músculo. Y mi vida a cámara lenta. No huyas, tu visado no ha vencido aún.
No me beses si no sabes a pasta de dientes. Me tienes en una continua huida.
Deberíamos empezar desde cero. Hoy, ahora, esta noche.
Te juro que el sol volverá a brillar, no te miento. Como me mola el bajo. Oh boy.
En el suelo. Y sigo pensando en ti. Soy invisible. Hasta mañana o no sé. Hasta dentro de un mes. Compasión.
Dos meses de rutina, sin playa, sin sol, sin diversión, sólo libros y matemáticas e integrales. Funciones y ecuaciones diferenciales.
Amores de biblioteca que terminan mal, terminan en una borrachera tras dos meses sobria. Terminan en discusiones y lágrimas. Palabras que se cuelan hasta lo más hondo de mi alma.
Besos confusos, con él y con aquel, besos bajo la lluvia en los conciertos. Confusión en estado puro. Tú, él, yo, nosotros, ya ni lo sé. No sé, te quiero, o no. Me quieres, no. Quiero llorar. Amigos que son algo más por una noche. Noches que son algo más por amigos. Alguien, una noche, un amigo, un para siempre, un final feliz o lágrimas de rabia, quién sabe. La misma historia que pasa por mi cabeza una y otra vez. Si me quisieras menos.
Encuentros en los backstages, chispas saltando por doquier. El mundo y sus antípodas. Mi ciudad y la tuya, los puntos más alejados del mundo. Nosotros más cerca que nunca. Hot Chip, Alt-J, servir copas, la lluvia y el barro. El verano que a la vez es el invierno. Hacía frío, tú me diste el calor, EL calor.
Nuestro pelo rizado. Loca, loco. La contraseña.
Y las oportunidades regaladas. Tíralas a la basura, no son merecidas.
Los mensajes contestados. Las sonrisas, las ganas, sé mío.
Tres personas completamente diferentes. La unión entre ellas, yo. Mierda.
No sé lo que quiero. A ti, a ti, o a ti. Todo depende de la próxima canción. Delta, los cambios. Tú, el sur, las señales. Los triángulos son mi forma favorita. Teselado, en las calles. En nosotros.
Nunca devolviste esa llamada.
Y mi cumpleaños. Y mis regalos. Y los robos. Otra vez mierda, nada más que mierda. Putos todos. Cabrones todos. Gilipollas todos. Quiero volver a ser yo. One life stand. Qué cursi, joder. Que te den. Pero cásate conmigo. Please stay.
Me creía el verano, porque debía ser la única. Y así todos los años. Y así en aleatorio. No es tan inteligente. "Tonta pero guapa", que te den a ti también, capullo.
Te mantendré con bloques de cemento. Qué asco. Perdida en mi propio mundo. Triste, lo mínimo.
Músculo a músculo. Y mi vida a cámara lenta. No huyas, tu visado no ha vencido aún.
No me beses si no sabes a pasta de dientes. Me tienes en una continua huida.
Deberíamos empezar desde cero. Hoy, ahora, esta noche.
Te juro que el sol volverá a brillar, no te miento. Como me mola el bajo. Oh boy.
En el suelo. Y sigo pensando en ti. Soy invisible. Hasta mañana o no sé. Hasta dentro de un mes. Compasión.
lunes, 9 de julio de 2012
Lisztomania / Dance with somebody
A mi hermano adoptivo, mi queridísimo Emilín.
Emilio:
Sigo llorando, mucho (sé que te vas a reír).
No podía titular esta entrada de otra manera. No podía porque estas son nuestras canciones. Las canciones que nos han acompañado durante este año y medio. Las que han observado como pasábamos de meros desconocidos a ser inseparables, a confiarnos todo y a pasar todo el tiempo posible juntos.
Nunca me olvidaré de aquel día de febrero en el que llegaste con una caja de cartón sobre la cabeza porque llovía. Como yo pensaba que serías tan diferente. Las micheladas en Papasiones. El principio de todo.
Luego me dejaste plantada 2 horas y creía que te odiaría para siempre (ahora mismo me estarás odiando por publicar esto).
Y así poco a poco nuestra amistad se fue formando. Así empezamos a descubrir como dos personas pueden ser tan diferentes pero a la vez tan iguales.
Nuestras discusiones en las que nunca llegaremos a estar de acuerdo. Pero todo aquello en lo que estamos de acuerdo.
Nuestras risas o mejor dicho risotadas, esas risotadas tan típicas tuyas. La música. Nuestras salidas de fiesta, a mis lugares que tan poco te gustan, a los tuyos que me empeño en decir que no me gustan, pero donde estés tú siempre me lo pasaré bien. Los tacos en mi ciudad.
Las dos semanas que viviste en mi casa. Todos los cigarros que nos fumamos. Las noches cantando cualquier canción por la calle. El Toni 2. Las cenas en lugares bonitos, pero también nuestras cenas de estudiambres en el 100 montaditos. Los grupos que descubrimos. Nuestros apodos. Cuando viniste a "Tsiurigg". Nuestros Skypes a las 3 de la mañana. La fiebre de mariachis que nos dio en Zürich. Nuestras papas con Valentina.
Tus regañadas en plan papá. Tantas cosas que hemos vivido juntos mi Emi....
Y me has enseñado tantas cosas, me has enseñado a afrontar todo con una sonrisa, a no tener tantos prejuicios, a no quejarme tanto. Me has enseñado a ser una mejor persona.
Y ahora no puedo imaginarme lo que va a ser Madrid sin ti. Me resulta completamente imposible. Siento como si te conociera desde siempre. Siento que Madrid sin ti no es mi Madrid. Que sin ti no sé que voy a hacer. Dejas un vacío tan grande Emilio. En Madrid, en mí, en mi familia.
Te prometo que por ti volveré a nuestro México lindo y querido. Y ahí nos tomaremos unas micheladas.
Te voy a extrañar cada día pero te llevo siempre conmigo. Eres una de las personas más especiales en mi vida. Sabes todo lo que significas para mí.
Te quiero hasta el infinito.
Vale
Y nuestra Chavela.
viernes, 6 de julio de 2012
Noches de incendio
Noches de verano. Noches de esas en las que todo parece estar estático, de esas en las que el viento no sopla y el asfalto desprende el calor que ha ido acumulando durante todo el día.
Enciendo un cigarro y todas las dudas acumuladas empiezan a salir del rincón donde las tenía almacenadas en un mero intento de olvido.
No estoy contenta, no soy feliz, falta algo en mi vida. Todo el mundo que me viera pensaría que lo tengo todo, que me quejo por vicio. Quizás tienen razón, pero recuerdo lo feliz que era hace dos años. Recuerdo lo mucho que reía, lo que luchaba por aquello en lo que creía.
Y ahora, ahora todo es tan diferente. Me he vuelto una persona aburrida, metida en la rutina del día a día. Siento como si todos los días fueran el mismo, siento como mi si mi verdadera identidad estuviera oculta debajo de varias capas que se han formado desde hace dos veranos.
Creo que este es el motivo por el cual he quedado contigo. Porque tú siempre has sido la única persona capaz de sacar mi lado más rebelde, mi verdadero yo.
Y de repente escucho ese sonido tan familiar pero a la vez tan lejano, tan oxidado en mi memoria por el paso del tiempo. Escucho ese rugido tan apasionante que hace que mi corazón empiece a acelerarse y me sienta tambalear a punto de caer el suelo. Y el sonido se convierte en una imagen. Doblas la esquina en tu moto color rojo cereza y entonces creo que no podré mantenerme en pie mucho tiempo más.
Apagas el motor y te bajas. Y te acercas a mí. Tú y tu chaqueta de cuero, tú y tu pelo negro, tú y tus pantalones gastados, tú y tus manos, esas manos que siempre me rodeaban haciéndome sentir segura, tú y tu manera de andar. Tú.
Me das un beso en la mejilla, me coges la mano y me llevas hasta tu moto, me pones el casco y subo detrás de ti. Arrancas la moto y nos perdemos en la noche, en los recuerdos. Mis manos se aferran a tu chaqueta, inspiro tu olor y cierro los ojos. Me traslado a nuestro verano, a la playa, a los conciertos, las hogueras y a la pasión que nos poseía cada noche.
Las lágrimas no se detienen y yo tampoco intento que lo hagan. Estoy llorando pero sonrío. Unos pocos minutos contigo y me vuelvo a sentir la de antes. Me siento capaz de todo, me siento la niña de 18 años.
Llegamos a nuestro lugar, bajamos de la moto. Me quito el casco. No te doy tiempo a decir nada. Te atraigo hacia mí y entre suspiros nos fundimos en el beso que volvió a dármelo todo.
domingo, 13 de mayo de 2012
Labios rotos
Y no dejas de preguntarme por qué me enfado. Quieres saber lo que me pasa, insistes, intentas hacerme reír. No te rindes. Pero es imposible, las lágrimas amenazan con salir.
Me encantaría decirte todo lo que me pasa, me encantaría decirte que cada vez que te veo mi cuerpo se acelera. Que cada vez que te miro hago el máximo esfuerzo para no cagarla, que eres lo que más deseo en este mundo. Me encantaría poder hacerlo, que por fin saliera todo.
Las palabras se me atragantan, estoy a punto de vomitarlas. Pero hay algo que retiene ese impulso. Supongo que soy una cobarde, me da demasiado miedo que te borres de mi vida. Me da pánico perderte, me asusta ver tu reacción.
Y por todo esto me odio. Me odio porque vivo en la tristeza, vivo en un constante bucle de intentos de olvidarte. Vivo sin saber realmente tu opinión de mí.
Ojalá supieras todo esto. Ojalá yo fuera valiente.
Y todas esas veces en las que creí estar enamorada. Me siento estúpida, eso no fue ni una milésima parte de lo que siento en este momento.
Siento tanta rabia, siento tanta impotencia. Y al final consigo retener las lágrimas y sacar mi cobarde coraje, mi falsa valentía, para decirte que ni yo sé lo que me pasa.
Y cuando te veo salir por esa puerta me desmorono, lloro hasta que no puedo más.
Me estás matando, lenta y dolorosamente.
Me encantaría decirte todo lo que me pasa, me encantaría decirte que cada vez que te veo mi cuerpo se acelera. Que cada vez que te miro hago el máximo esfuerzo para no cagarla, que eres lo que más deseo en este mundo. Me encantaría poder hacerlo, que por fin saliera todo.
Las palabras se me atragantan, estoy a punto de vomitarlas. Pero hay algo que retiene ese impulso. Supongo que soy una cobarde, me da demasiado miedo que te borres de mi vida. Me da pánico perderte, me asusta ver tu reacción.
Y por todo esto me odio. Me odio porque vivo en la tristeza, vivo en un constante bucle de intentos de olvidarte. Vivo sin saber realmente tu opinión de mí.
Ojalá supieras todo esto. Ojalá yo fuera valiente.
Y todas esas veces en las que creí estar enamorada. Me siento estúpida, eso no fue ni una milésima parte de lo que siento en este momento.
Siento tanta rabia, siento tanta impotencia. Y al final consigo retener las lágrimas y sacar mi cobarde coraje, mi falsa valentía, para decirte que ni yo sé lo que me pasa.
Y cuando te veo salir por esa puerta me desmorono, lloro hasta que no puedo más.
Me estás matando, lenta y dolorosamente.
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