Sé que estás con ella. Y ese fin de semana se acabó, se fue a la memoria como otros tantos. Y quizás para ti fue un día más en tu vida intentado no pensar en que ella no estaba. Pues para mí fue más, para mí fue mucho más, demasiado.
Y ahora a ser cordiales, a ser amigos que se caen bien y ya está. Nada más. Vacío. Se ha ido. Te has ido. Te he perdido. Te has escapado. Las caricias se han largado.
Y otra vez lo único que me queda es la música. Mi eterna compañera.
Ya no sé que hacer cuando te veo, no sé como actuar delante de ti. No sé la actitud que debo tener.
Y tampoco sé si olvidarte, debería, no puedo. Es intenso. Es algo como nunca lo había sido.
Somos iguales, somos distintos. Somos lo mismo. Pensamos lo mismo. Y a lo mejor sentimos lo mismo.
Por favor, vuelve, rápido. Te necesito. Mucho.
No desaparezcas, no te engañes, no te dejes engañar.
No dejes que tu memoria se borre como esos mensajes.
El amor es un juego en el que se pierde. Así es.
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