La música que hace que el suelo vibre, tú que haces vibrar mi corazón. Tú que me cuidas, tú que te preocupas, tú que me desesperas tanto.
Tú y yo y los demás con nosotros. Tú y yo, yo gritando por dentro.
Y los taxis y las canciones y tú cantándolas y yo callada observándote, atesorando las imágenes, imágenes que serán mías para siempre. Joder.
Yo sola en una cama infinita. Tú en la habitación de al lado. Y mi piel empieza a necesitarte, la cama se me hace demasiado grande sin ti. Y enciendo otro cigarro, esta vez con sabor a amargura.
Me pierdo en mis sueños donde no hay lugar para camas en las que duermo sólo yo. Donde mis brazos no existen si no están rodeados por los tuyos. Donde sólo se permite sonreír. Donde tú me haces feliz. Donde todo es tan real que duele.
Y volver a la realidad. Volver a caer al vacío todavía en esa cama enorme.
Puedo oír tu respiración a través de la puerta y entonces muero mil veces.
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