Volver a la rutina nunca ha sido fácil. Pero volver a la rutina de desearte en cada momento y pensar en ti en cualquier situación se me hace imposible.
Tengo que tenerte delante todos los días y mi corazón se acelera hasta velocidades más propias de un coche de carreras que de un simple músculo.
Te juro que ya no se que pensar, no sé que actitud tomar cada vez que mi mirada se cruza con la tuya.
No sé cuánto tiempo esto será soportable para mí. Tampoco sé si un día de estos, cercano o lejano, da igual, explotaré y mancharé todo de mi color favorito, de negro. Explotaré y diré todo lo que pienso, pero no de la forma en la que lo pienso. Y esto va a jodernos, a ti y a mí. Si me da por explotar, supongo que nuestra "amistad" sufrirá daños colaterales. Quizás incluso se acabe.
Por favor, lo único que quiero pedirte es que tomes una decisión. No aguanto más días sabiendo que igaul son en vano.
Medítalo, pero te lo ruego, llega a una decisión antes de que llegue mi temida explosión, o te aseguro que ni tú ni yo sobreviviremos a esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario