Últimamente reina un sentimiento de inseguridad en mis pensamientos y en mis acciones cotidianas. Siento que cada cosa que pienso, hago o tengo pensado hacer me va a llevar a algo completamente distinto a mis espectativas. En mis decisiones importantes que albergan gran parte de mi futuro, me entran cada vez más dudas, algo normal como es de suponer. Pero no es eso lo que realmente me preocupa. Lo verdaderamente inquietante resulta que dude hasta en los hechos más ridículos. Lo saludo o no lo saludo, me pongo esto o aquello, compro tal o cual, escucho esta canción o la otra, lo hago de esta manera o de otra muy distinta. Todas estas y otra infinidad de preguntas me llevan al borde del colapso y hacen que me sienta desprotegida. No encuentro nunca la solución factible para sentirme completamente realizada.
Llevo tiempo intentando descubrir a que se debe, cual es la causa de tanta indecisión. Pero no lo sé, hasta para esto me cuesta decidir. Creo que es una mezcla de cada suceso que me ha marcado en los últimos meses y me aventuro a decir que no son pocos, ni malos, ni buenos, que simplemente están ahí, abriendo esa brecha espacio-temporal en mi cabeza que me impide pensar con claridad. Cuando todo se va en forma de espiral por un agujero negro.
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