Con una mezcla de nostalgia y alegría subo las escaleras que llevan a mi habitación.
Es tarde, debería dormir. Coloco un vinilo desgastado en el tocadiscos. Lo escucho y lo vuelvo a escuchar hasta casi saberme las letras de las canciones de memoria. El mundo moderno está muy bien, pero el día que algo tenga el crujir mágico de un vinilo dejo toda mi pasión por las decadas pasadas.
Quito los cojines que sirven de adorno a mi cama. Levanto el edredón y me acurruco dentro. Hace un frío de cojones. Cierro los ojos en un intento en vano de descansar algo. Empiezo a sentir taquicardias y algo de ansiedad, me levanto y cojo el tabaco del bolsillo de mi chaqueta aún envuelta en mi edredón. Abro la ventana y me enciendo un cigarro. La calle está silenciosa y solo escucho el crujir de las caladas desesperadas que doy a mi único vicio. Lo termino y sin saber que hacer enciendo otro. Observo la calle y mis ojos recaen en la puerta de mi casa. Por un momento imagino que está ahí, esperando a que le abra la puerta y le entregue lo poco que me queda por perder. Vuelvo a mis cada vez más habituales fantasías. Apago el segundo cigarrillo y sin más me dejo caer en el suelo con un golpe brusco. Debo de parecer una loca, pero me da igual, nadie me está mirando. Me entra rabia, ilusión y odio, todo a la vez. Me digo a mi misma que pare de pensar y de imaginar, que esas cosas no se hacen realidad, no va a esperarme, ni en mi puerta, ni en mi vida. Soy yo la única que está y estará esperando, no sé hasta cuando. Quizás siempre.
Vuelvo a mi cama y le escribo. Me siento liberada y por fin puedo dormir. Recibo una respuesta, la veo 3 horas más tarde cuando aún es de madrugada. Respondo. Y me paso el día esperando su respuesta. No la hay. Sigo esperando. Nada. Vacio. Paso el día de nuevo entre fantasías. Malditas fantasías. Si tuviera que elegir una profesión, sería la de esperadora, se me da de miedo porque todavía sigo esperando.
Vuelve ya o por lo menos, que te hayas ido para siempre porque seguir en este ambiente no da para más. Tanto te espero que desespero.
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