Cuando llevaba tiempo sin escribir me llega la inspiración cogida de la mano de SMS a las tantas de la madrugada. Y no, no eran SMS románticos. Sólo SMS que me dan que pensar, que me dan ganas de que pasen rápido los días y de que las promesas que ellos contienen se vean hechas realidad. Quizás vuelvo a hacerme ilusiones en vano, quizás estoy tropezando por tercera vez con la misma piedra y quizás estoy siendo estúpida. Pero intentar acallar aquello que tu corazón y todo tu ser grita desde dentro sería más estúpido que ser estúpida por dejarlo salir.
Esto es nuevo para mí, bueno más que nuevo poco conocido porque llevo sintiendo esto desde hace meses y por más que intento que estos sentimientos me resulten familiares y acabe determinadolos como rutina, no puedo, no puedo porque son fuertes, son sorprendentes y mágicos y no puedo llegar a acostumbrarme a algo así nunca, jamás.
Veo un final triste al para esta historia o quizás ya esté viviendo el final de una historia que empezó en abril. Quizás no sea más que parte del principio, cómo me gustaría saberlo para intentar dejar de sentir tan solo un momento, pero siendo sincera creo que aunque supiera que esto no lleva a nada y que no va a llegar a ningún sitio no podría evitar sentir, es intenso. O quizás me equivoque y no sea tan triste.
Necesito que todo sea verdad, que todo vaya bien, o más o menos bien.
No cambiaría esto por nada del mundo, no lo haría, porque a veces duele pero aunque duela, sentirme así contrarresta todo, absolutamente todo el dolor que pueda sentir en horas, días, semanas, meses, años, vidas.
Te deseo.
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