Music, my only true love

just let me hear some of that rock'n'roll music

lunes, 30 de noviembre de 2009

this burning ring of fire...

"Yeah but you just won't treat me right
You like to ball every morning
Don't come home til late at night "
Citando la maravillosa canción del no menos maravilloso Elvis Presley comienzo mi amarga escritura del día de hoy. Amargo.
Amargo es el amor cuando no es correspondido, amargo cuando una persona exije más de lo que da, amargo cuando uno ama más que el otro, amargo cuando arranca más lágrimas que sonrisas, amargo cuando no se es la única, amarga ha sido mi "historia" contigo. Corrigo dejémoslo en bittersweet (no soy capaz de encontar este término en español).
Ha habido buenos momentos, muy buenos. Ése día 2 de mayo de 2008 en el que tuve el placer de conocerte, aquél concierto, yo y mis 15 años, tú un chico mayor. Yo por aquél entonces enamorada de la persona menos indicada, algo habitual en mí. Tú con esa personalidad tan peculiar que siempre te ha caracterizado.
La música, el motor que dio vida a nuestra amistad. El rock'n'roll, nada ni nadie más que el rock'n'roll.
Verano 2009
Yo de nuevo enamorada. Tú con ella. Decidimos romper el largo tiempo que llevabamos sin vernos. Noche perfecta. Lo habías dejado con ella, querías estar conmigo, yo contigo no, te quería como mi amigo. Vuelves con ella y a mí me invade esa sensación, rabia, pasión, llamalo como quieras, pero quería que fueras mío. Ahí comenzó mi gran error.
Septiembre 2009
Nos vimos. La "dejaste" por mí. Fuego en mis venas. Peleas.
Octubre 2009
Ese martes 13, nuestro primer beso. Precioso, genial, maravilloso, hasta ví una estrella fugaz.
Peleas, peleas y más peleas.
Noviembre 2009
Tú y tus absurdos celos sin sentido alguno. Yo te quería a tí, solo a tí. Tú no me creías. Nos vimos, por última vez, pienso. Sábado. Fue genial, sonaba aquella canción de fondo. Tú y yo y nadie más, solo eso que una vez nos unió, la música.
Una semana después, me habías dejado de hablar, yo rallada cual vinilo utilizado millones de veces, descubrí ese fatídico viernes, que seguías estando con ella. Ésa, a la que habías dejado por mí. No me lo podía creer. Me sentí de lo más impotente, intenté buscarle explicación, pero no la había, no había nada más que lágrimas golpeando mis ojos, deseando salir. No las dejé, no podía dejarme vencer así. Y tomé mi desición. Todo se acabó todo, todo se había acabado aquél sábado, que por casualidades de la vida, o no, tocaba ése grupo, que nos dio la oportunidad de conocernos un 2 de mayo de 2008. Intentaré olvidarte.