Music, my only true love

just let me hear some of that rock'n'roll music

martes, 27 de diciembre de 2011

Tu voz, dentro de mí

De vuelta. Tan feliz y tan triste a la vez. Todo es tan raro. Tan raro estar en casa, tan raro estar sin ti.
Te veo por todas partes y todo me sabe a ti, pero sé que no estás aquí. No has estado y por ahora no estarás.
Estás lejos y te necesito, jamás pensé que me harías tanta falta. Te echo de menos, mucho. Sólo han pasado dos días y ya siento el vacío que es estar sin ti. No sé cómo voy a aguantar tanto tiempo sin verte.
Ven a verme, ven a salvarme de caer en ese círculo del que salir es tan complicado. Lograste sacarme una vez, no sé si podrás hacerlo dos. Ven a evitarlo. Estoy apunto de perderme. Vuelve.
Te quiero, creo que estoy enamorada.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Wild Horses

Bebidas, más bebidas. Bebidas hasta que mi mundo empieza a verse borroso y no puedo parar de reír.
Sonrío, sonríes. Somos felices y nos olvidamos de todo. Bailamos mucho. Nos abrazamos. Pasamos una noche de esas que no se olvidan. Cada segundo que pasa necesito ser tuya.
Y la música, la gran música nos une, siempre presente, siempre ayudándome.
Y la despedida, rara, bizarra. Una despedida que deja con ganas de más.
Mañana desayunamos juntos. Mañana es otra oportunidad para no dejarte escapar.

sábado, 26 de noviembre de 2011

It's all blurry

Sé que estás con ella. Y ese fin de semana se acabó, se fue a la memoria como otros tantos. Y quizás para ti fue un día más en tu vida intentado no pensar en que ella no estaba. Pues para mí fue más, para mí fue mucho más, demasiado.
Y ahora a ser cordiales, a ser amigos que se caen bien y ya está. Nada más. Vacío. Se ha ido. Te has ido. Te he perdido. Te has escapado. Las caricias se han largado.
Y otra vez lo único que me queda es la música. Mi eterna compañera.
Ya no sé que hacer cuando te veo, no sé como actuar delante de ti. No sé la actitud que debo tener.
Y tampoco sé si olvidarte, debería, no puedo. Es intenso. Es algo como nunca lo había sido.
Somos iguales, somos distintos. Somos lo mismo. Pensamos lo mismo. Y a lo mejor sentimos lo mismo.
Por favor, vuelve, rápido. Te necesito. Mucho.
No desaparezcas, no te engañes, no te dejes engañar.
No dejes que tu memoria se borre como esos mensajes.
El amor es un juego en el que se pierde. Así es.

martes, 22 de noviembre de 2011

The losing dice were tossed

Confío en que algún día llegue alguien que se enamore de mí y luche por mí.
Estoy cansada de los cobardes, de esos que tienen más miedo que ganas de luchar.
Y pienso que quizás soy demasiado romántica, no puedo evitarlo.
Veo mi vida como una película, siempre me ha gustado verla así. Y sé que en la vida real no hay finales felices como en las películas, o sí, pero no siempre, es más, casi nunca. Sólo quiero una historia de película. Y después poder decir que tuve una historia de esas y poder contarla.
Y obviamente se me pasa por la cabeza que mi historia puede ser él. Que se de cuenta de que me quiere a mí, que luche por tenerme. Pero ya no sé si eso sólo pasa en las películas o también en la vida real.
Estoy confundida, el amor me confunde. Y cuando pienso estás cosas me siento tan inocente, pero aún así, cuando pienso en todo esto por detrás se puede escuchar la banda sonora de mi película.

This love of mine

Y otra vez, una vez más esperando.
Y otra vez deseando. Y ya no sé si mi corazón va a aguantar otra espera en vano o más engaños.
Y sigue y sigue. Y mi vida se vacía. Y te tengo en mente aunque no estés delante, siempre.
Y los días se hacen solitarios pero las noches, las noches más. Y lloro, y mi corazón llora más fuerte, apunto de romperse. Pero desde que ya no importa nada, deja que se rompa.
Pedí el sol y la luna, las estrellas que brillan. Y ¿ Qué será de mi amor?, ¿ En qué se convertirá?
Este, mi amor.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Please don't touch, I shake so much.

Entró en la habitación y está llena de gente, más que nunca. Parece una fiesta, supongo que lo es.
Te veo sentado al fondo en una mesa. Como si leyeras mi mente te giras y me llamas. Mi corazón quiere explotar, el simple hecho de acercarme a ti me hace temblar.
Hay una silla a tu lado y cuando me dices que la estabas guardando para mí. Ella no está, no la veo por ningún sitio.
Estamos ahí con nuestros amigos, nos reímos y charlamos con ellos.
De repente siento como tu mano envuelve la mía. Siento como quieres que me quede a tu lado, tanto como yo quiero que te quedes junto a mí. Me miras, te acercas a decirme algo al oído. "No te vayas", me dices con un aliento entrecortado. Estamos muy cerca, quizás demasiado. Me transporto a otro espacio en el que sólo estamos tú y yo, los demás no existen. Entonces acaricias mi mejilla, te acercas más y me besas. Sólo unos pocos segundos. Los mejores segundos de mi vida.
Todos se callan y nos miran. Saben que en tu vida está ella y no yo. Algunos nos gritan, otros no tienen palabras. Ninguna cara es de alegría. Una lágrima resbala por la mejilla que apenas unos segundos antes acariciaste. Me levantó y salgo a la calle, hay mucha nieve. Estoy muy alterada. Sales y me abrazas y lloro y me abrazas más fuerte. Y me dices: "Tenía que intentarlo, tenía que saberlo. Sabía que si te besaba lo sería todo. Sabía que si lo hacía no sería algo normal. Y no me he equivocado, lo ha sido todo. Tenemos que intentar que esto funcione, los demás no importan".
Nos abrazamos. No quiero que acabe nunca, te quiero sólo para mí.
Estoy en mi habitación, me acabo de despertar, no sé por qué estoy aquí. Quiero estar contigo, no sola.
Hace mucho calor, me levanto, me miro al espejo y lo entiendo todo. Había sido un sueño, sólo un jodido sueño. El más realista y el mejor de todos los sueños que he tenido.
Quiero llorar y dormirme hasta volver a estar contigo.
Más tarde te veo y quiero morirme. Te deseo demasiado. Nunca había sentido algo así. Por nadie.

martes, 1 de noviembre de 2011

Just in time

No, no llegaste justo a tiempo. Claro que no. Y yo tampoco.
Llegaste cuando quisiste, te fuiste cuando quisiste y volviste cuando quisiste.
Lo único que me dejaste fueron canciones y un corazón roto. Noches y días preguntándome qué era lo que había salido mal, qué hizo que que todo fuera un desastre. Y mi conclusión fue esa, no llegamos justo a tiempo. ¿Es posible hacerlo alguna vez?
Me da la sensación de que siempre es uno el que llega en el momento oportuno, pero el otro no.
Y ¿Dónde quedó nuestra jodida puntualidad?, ¿Por qué ninguno llegó a tiempo?, ¿Por qué lo intentamos sabiendo que en el horizonte no había más que fechas de caducidad y desastres?, ¿Por qué lloré?, ¿Por qué?
Quizás creíamos que el momento llegaría. No, simplemente deseábamos que llegara. Pero no, no llegó y lo sabíamos. No llegó y no llegará. No, para nosotros no.
¿Y ahora qué? Ahora seguiré engañándome, creyendo que el justo a tiempo llegará y que algún día vamos a bailar entre besos y sonrisas "Just in time".

"El tiempo es el único capaz de entender y ayudar a un gran amor"

lunes, 31 de octubre de 2011

Don't walk away

Y mi corazón explotando una y otra vez, y así por siempre.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Disorder

Principios.
Son emocionantes, no saber lo que te espera en el futuro, no conocer a esa persona y tener tantas ganas de llegar a saber cada detalle de su vida.
Cada vez que me enfrento a ello, mi estómago se pasa el día dando saltos y mi cabeza imaginando cómo será esa vida desconocida, hilando historias bonitas y tristes, amores y desamores y catástrofes con finales felices.

Y va pasando el tiempo y conozco a esa persona, cada momento un poquito más.
Y primero vienen los días soleados con risas, paseos, confesiones en un coche de vuelta a casa y el tiempo pasando cada vez más y más rápido y las noches escapándose entre los suspiros provocados por la novedad, por las ganas de saber más detalles que definan a esa persona por la que empiezo a sentir algo.

Después las tardes en las terrazas a finales del verano, donde todavía quedan algunas batallas que contar, cosas que han formado y definido a esa persona, esos días en los que me doy cuenta que quizás él no era todo lo que imaginé en el instante en que lo conocí, pero que sigue teniendo algo que me atrae con una fuerza inmensa. Besos que pronostican amor y pasión. Caricias que me hacen quedarme sin aliento. Y el tiempo empezando a ir en cámara lenta, como en la película más romántica de todas, con música de fondo.

Y por último, el fin. Noches de domingo lluviosas. Saber algo más se hace imposible, se conoce cada momento, cada instante, cada anécdota. Él no es quien imaginé que sería al principio. Y empiezan las peleas y los gritos, empapados por el agua que no deja de caer y de inundar la relación. Los reproches y saber demasiado. Noches que no acaban se llenan de pensamientos, de intentos fallidos de mejorar algo que está empezando a caer el vacío. Y sigue lloviendo. Y se reproducen escenas del principio, de algo que parecía que no iba a terminar nunca. Y la confusión impregna cada segundo y el tiempo se detiene. Y escapo, escapamos de algo que como todo ha llegado a su límite y no tiene ningún futuro visible tras esos nubarrones. Y entre sollozos y rabia se pone un punto y final.
Y tiempo después el consuelo llega sabiendo que seré una memoria suya. Y él formará parte de mi vida y de lo que soy, siempre.

sábado, 22 de octubre de 2011

INVICTUS by William Ernest Henley

Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find, me unafraid.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll.
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

viernes, 14 de octubre de 2011

Time is moving on

Llegó a esa ciudad nueva y desconocida para ella. Fueron ilusiones y miedos. Ganas de descubrir y explorar algo totalmente resplandeciente que hasta ahora no conocía. Hacerse con la ciudad y su rutina, sus horarios tan distintos y sobre todo su gente tan diferente a la que ella estaba acostumbrada. Pero el paso más importante que tenía que dar era el de olvidar, olvidar algo que llevaba persiguiéndola mucho tiempo.
Lo estaba consiguiendo, estaba olvidando y dejando atrás muchos recuerdos que no querían abandonarla nunca. Se concentraba en su nueva vida y en sus nuevas oportunidades. Conocía a gente cada día, unos merecían la pena y otros no tanto, pero en esa etapa de cambios podía decirse que estaba llegando a ser muy feliz.
Hasta el día, ese en el que llovía tanto que se vio obligada a correr para llegar un poco seca a casa. Ese día no encontraba sus llaves. Después de 5 minutos de inútil búsqueda decidió vaciar el contenido de su bolso favorito para ver si las ansiadas llaves aparecían. Entonces mágicamente un billete sencillo del metro de Madrid salió volando y aterrizó al lado de sus pies. Se agachó para levantarlo y pudo leer claramente la fecha en la que se había utilizado el billete. Inmediatamente mil imágenes chocaron en su cabeza. Sí, había sido ese día, esa día en el que no se separaron ni un minuto, ese día de verano, ese que para ella había sido hasta ahora el día más importante de su vida. Recordó el momento exacto en el que nerviosa compró el billete, lo introdujo en la maquina y corrió, corrió mucho, sabiendo que el tren que la esperaba estaba apunto de llevarla a la felicidad. Sí, recordó que llevaba su vestido favorito, su vestido de flores. Recordó que hacía mucho calor, y cómo el metro estaba lleno de turistas. Cómo llego a la parada en la que debía bajarse y cómo bajo casi flotando, casi en un sueño. Cómo salió, vio que él la esperaba y se lanzó a sus brazos sin dudarlo ni un solo instante.
Volvió a la realidad. Se encontraba sentada en el escalón de su portal, empapada, de su chaqueta caían gotas de agua, vio las llaves en su mano, pero de repente las prisas por entrar se esfumaron tan rápido como el billete del metro había caído al suelo. Fue a la parada del tranvía, compró un nuevo billete, se subió y lo llamó por teléfono, saltó el contestador y dejó un mensaje: " Creo que te quiero, creo que me cuesta olvidarme de ti, creo que no podré olvidar el metro de Madrid". 
Guardó el móvil, se bajó del tranvía y anduvo bajo la lluvia hasta que sus pies no dieron para más. Lloró y rió, y se convenció de que olvidar, a veces, era imposible.

martes, 9 de agosto de 2011

Don't leave my high. Don't leave me dry

Aún recuerdo lo que dijo aquella noche. Lo recuerdo como si fuera ayer. Todavía retumban esas palabras en mi cabeza. A veces intensamente, a veces no son más que un susurro traído por el viento.
Fue hace tanto, tantísimo. Pero a la vez hace tan poco. Fue una noche que anunciaba la cercanía del verano, una noche que pronosticaba atardeceres calurosos paseando por la ciudad. Fue mientras acariciaba mi espalda. Fue en una suave cama mientras intentábamos dormir. Fue pasión y fue dulzura. En ese momento lo fue todo.
¿ Y ahora?
Ahora no es nada. Ahora todo lo que fue dejó de ser.
Jamás olvidaré como te acercaste a mi oído y equivocándote dijiste:
"Esto es para siempre. Esto nunca dejará de ser."

domingo, 17 de julio de 2011

Lost weekend

Madrugadas en las que mi felicidad y alegría se apagan como la pantalla de un teléfono móvil que no recibe ese mensaje esperado. Esperar. Siempre se trata de esperar. Y cuando ya he esperado lo suficiente me doy cuenta de que eso no es lo que quiero. No quiero pasar mi vida entera esperando a que suceda algo, esperando a que la pequeña luz rojo pasión de mi móvil brille trayendo con ella las noticias que anhelo.
No puedo vivir creyendo que pasará lo que quiero que pase. Las cosas que más deseo nunca salen bien.
Puedo fingir que la situación en la que vivo no me afecta, pretender está muy bien. Pero en mis más profundos pensamientos sé que todo es una pose. Y sé que esa pose se acabará derrumbando y mis verdaderos sentimientos encontraran un camino por el que salir del pozo en el que se encuentran encerrados. Lo están empezando a hacer.
Veo imágenes, leo palabras, palabras muy bonitas, siento el amor. Pero nada de eso me pertenece ni me pertenecerá. Mi cuerpo produce un hormigueo. Celos por una parte, por la otra odio hacia mi persona por seguir con esta farsa que hace daño a muchas personas pero en especial una, a esa persona a la que culpo por todo y que realmente es otra víctima más de este juego que no lleva a ninguna parte.
Necesito salir de todo esto y volver a ser libre. Enfrentarme a nuevos retos sin causar dolor a nadie más que a aquellos que realmente lo merezcan.
Las mentiras no tienen más espacio en mi mundo, ya hay demasiadas y cada vez más grandes y poderosas. Los engaños se niegan a abandonarme, y yo intento sacarlos de mi vida desesperadamente.
Quiero algo real. Esto se ha acabado. Es el fin.

" This is the end
Beautiful friend
This is the end
My only friend, the end

Of our elaborate plans, the end
Of everything that stands, the end
No safety or surprise, the end
I'll never look into your eyes, again

Can you picture what will be?
So limitless and free
Desperately in need of some stranger's hand
In a desperate land "




domingo, 19 de junio de 2011

This town is the oldest friend of mine

Jamás pensó que una situación la pudiera llegar a confundir tanto. Le quedaban pocos meses en esa ciudad, en su ciudad y mientras que ese tiempo se iba agotando poco a poco, los problemas llegaban a su vida como nunca lo habían hecho antes.
De repente se encontraba con el amor en todas sus facetas y eso hacía que viviera cada día sumergida en pensamientos y en cuestiones que le parecían imposibles de resolver.
Tenía el amor incondicional, el amor que había surgido hacía tiempo y que no se había apagado, pero que a ella le resultaba imposible corresponder.
Tenía la frescura de alguien nuevo y totalmente a su disposición, ese que había llegado sin un previo aviso y que se empeñaba en permanecer con ella el resto del tiempo que le quedaba en aquella ciudad.
Y por último tenía la pasión del hombre que hacía que su corazón no parara de dar vuelcos, de las peleas y las reconciliaciones, de los celos y la impotencia, de tener que compartirlo, de los rumores y de ser la otra.
Esa desenfrenada pasión por la cual se había entregado en cuerpo y alma. Y la cual hacía que cada uno de sus pensamientos estuvieran relacionados con él.
Ella sabía que el acabaría por hacerle daño, pero hacía mucho que no sentía algo así y no quería vivir el poco tiempo que le quedaba sin sentirlo cada día.
No sabía que tenía que elegir. No sabía si debía elegir aquello que era sereno y sin problemas o si debía escoger la pasión que le aportaba ESE hombre.

martes, 7 de junio de 2011

Sin pensarlo me miraste y yo te miré

Nadie sabía en lo que nos estábamos metiendo, nadie hubiera dicho que llegaríamos a este punto. Nadie, ni tú ni yo.
Nos conocimos para pasar el rato, para disfrutar una noche, para hacerla distinta a otras, pero no sabíamos que esa noche se repetiría muchas veces más, que se sigue repitiendo, que cada vez va a más. 
No sabíamos que juntos crearíamos esa rutina de salir, de reír, de bailar, de charlar, de escuchar, de vueltas a casa en coche, de borracheras estúpidas, de horas interminables hablando por teléfono, de piropos, de mejillas sonrojadas, de sonrisas, de peleas, de celos. 
Yo intento comprender muchas cosas, te oculto cosas que sé, cosas que lo mandarían todo a la mierda, que te alejarían de mí, esas cosas que no quieres que sepa. No puedes haber llegado ahora, no sabiendo que esto tiene una fecha de caducidad perfectamente definida, no sabiendo que te tengo que compartir. Por favor no me enamores. Me lo pones muy difícil.
Sigamos disfrutando la rutina que estamos creando hasta que llegue esa temida fecha en la que tengamos que separarnos.
"De mis cosas yo te hablé, y también quise saber de ti. Y la tarde así se nos pasó."

lunes, 9 de mayo de 2011

filled

A veces no hay más que vacío
























.
No sé si te echo de menos
o si simplemente estoy fingiendo.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Sea of Love

Se dio cuenta de que lo había perdido. No podía expresar claramente por qué, pero tenía esa sensación de que no volvería a saber nunca nada de él. Quizás sólo era un motivo para tener algo en lo que pensar mientras pasaba largas horas haciendo cosas por las que no tenía el más mínimo interés. 
Él le había dicho que era muy guapa, que le gustaba mucho y que quería volver a verla. Ella se esforzó al máximo por creerle, le costaba bastante después de todas las veces que había oído lo mismo, se lo había creído y después había resultado una vil mentira.
Ella no era capaz de entender el motivo que hacía que el amor llegara a su vida repentinamente como un golpe de aire, para después irse enfriando lentamente, sin palabras, sin explicaciones, sin despedidas, simplemente se iba y la dejaba a ella desconcertada, sin nada más que tardes vacías llenas de lágrimas. 
Cada vez que esta misteriosa ola llegaba, ella se prometía que esa vez sería distinto, que había llegado su salvador montado a caballo, su príncipe azul. Y cada vez que pasaba esto, recibía más puñaladas en su blando corazón. 
Definitivamente el problema debía de ser suyo, solamente suyo. No era posible que todos los chicos a los que encontraba estuvieran definidos por el mismo patrón.
Así que se castigó a si misma y dejó de creer en los príncipes azules y en los cuentos de hadas. No, no estaban hechos para ella. 
Recordó que cuando conoció al chico que ahora creía perdido, no pensó que con él sería distinto, pensó que se divertiría, que no se tomaría las cosas tan en serio y que simplemente se dejaría llevar.  
Pero no pudo resistirse a sus encantos y empezó a creer todos los pirópos que recibía. 
Entonces fue cuando sintió que se le escapaba de las manos, que por más que se aferrara a ello no conseguiría mantenerlo cerca de ella. Vio repetida por enésima vez la historia de siempre.
Y al final se sorprendió al darse cuenta de lo mucho que le teme al amor. 

miércoles, 20 de abril de 2011

You know what I mean

Y en ese momento su mirada me cautivó. Sonaba el I saw her standing there de los Beatles. Mi canción favorita.
Yo ya no tenía 17 años. Es más, estaba muy cercana a los 19. Pero recordaba exactamente como había deseado fervientemente que alguien me dedicara esa canción hasta el último momento de mi minoría de edad. Como había imaginado a un misterioso chico de indumentaria calcada a la de los fab four en sus principios tocando esos acordes solamente para mí. 
Y ahora estaba ahí, con 18 años y unos meses. Cualquiera diría que no habían pasado ni dos años desde que había cumplido los 17, pero yo había experimentado tantos cambios en mi vida que esos casi dos años me parecían siglos. 
No puedo decir el motivo exacto por el que en ese preciso momento decidí hundirme en sus ojos. No sé si fue por la canción, por el extraño color de los mismos o por la intensidad con la que me miraba que hacía que quisiera volver a tener 17 años. Quizás fue una combinación de todo lo anterior. 
Como un imán atraído por su polo opuesto me acerqué a él. Siguió mirándome fijamente. No era la típica mirada de un chico buscando una chica un viernes por la noche. Me miraba como si quisiera saberlo todo sobre mí. Como si no existiera nadie más que yo.
Estabamos sólo a unos pocos centímetros de distancia, ninguno hablaba, sólo manteníamos la vista clavada en los ojos del otro. Estuvimos así un tiempo, podrían haber sido horas o segundos, no lo sabía. Lo único que sabía es que podría haberme quedado así eternamente. 
Me tomó del brazo y salimos a la calle. 
Mantuvimos el silencio. Sacó un cigarro de su chaqueta, me ofreció uno. Y mientras fumaba empezó a cantar: "How could I dance with another? Since I saw her standing there" 

martes, 12 de abril de 2011

21 gramos

Dicen que al morir pesamos exactamente 21 gramos menos que en vida. Los más románticos opinan que esos 21 gramos perdidos son el alma que abandona nuestro cuerpo. Los científicos dicen que son las sustancias químicas que expulsa nuestro cuerpo.

-¿Hay de verdad un alma?

-No lo sé. Depende del momento.

-¿Del momento? ¿Cómo?

-Simple y sencillamente es así. A veces tengo alma, a veces no. Cuando sufro, siento que hay algo dentro de mí que se va rompiendo a trocitos, lenta y dolorosamente. Cuando la primera lágrima roza mi mejilla y cae al vacío, una ínfima parte de mi alma se escapa con ella.
Cuando recibo alegrías, las partes que he perdido de mi alma vuelven hacía mí, pero no son las mismas partes que he perdido, estos trozos de alma aparecen de la conexión que se forma entre la persona, el hecho o las palabras que te causan alegría. Estas nuevas partículas de alma se quedan contigo hasta que el donante de las mismas te cause sufrimiento, entonces las partículas se van lejos, lo suficientemente lejos para que no las encuentres.

-¿Cuándo no existe el alma?

-El alma no existe en el resto de momentos. Sí, muy tópico, pero para mí es así. Cuando estoy en cualquier otro estado mi alma no existe, mi cuerpo no está formado por más que sustancias químicas y un perfecto mecanismo que lo hace funcionar, nada de almas.

-¿Qué pasará cuando te mueras? ¿Qué liberarás? ¿Química o alma?

-Bueno, eso dependerá del momento en el que me muera.

domingo, 27 de marzo de 2011

Monday I'll have friday on my mind

Sábado, la música marcando el ritmo de sus movimientos. Entra en la ducha, lo necesita, necesita despejarse. Rasca el sello que pusieron es su antebrazo la noche anterior porque quiere olvidarlo todo, necesita borrar la noche del viernes de su cabeza. El sello desaparece milagrosamente, sus pensamientos y recuerdos no son tan fáciles de borrar.
Empieza a acordarse de todo lo que pasó.
Viernes, sus antiguos enamorados estaban ahí con nuevas chicas, para ellos un simple cambio en su vida, para ella celos y recuerdos, más recuerdos. Él, su nueva esperanza, su aire fresco también estaba, pero la miraba sin más, hablaba con ella pero como si fuera cualquier chica, una amiga más. Se sentía sola y aunque alguien la mirara, nadie la miraba como ella quería ser vista. Entró en ese estado de desesperación en una noche de viernes, en esa noche que para ella debía ser LA noche.
Se sentó y se limitó a observar como el amor flotaba en el local, pero ella parecía no estar bajo los influjos de el amor. No era su día y obviamente no era su noche.
Sábado de nuevo, sale de casa perfectamente arreglada, disfruta de las suaves notas del jazz, bebe, fuma, baila, canta y pierde la noción del tiempo, acaba en un local de mala muerte, su amigo con ella, lo necesitaba. Y de repente el viernes no es más que pasado.

viernes, 18 de marzo de 2011

Show you how

Posturas, todo son posturas.
No puede abrir sus rojos labios y decirle: "Me gustas".
¿Por qué? Pues porque tiene miedo. Miedo a que él la rechace. Sí, miedo, angustia, dolor, rabia, tristeza.
Acaba de salir de una relación movida, lleva meses intentando superarlo, lo está logrando, pero lo único que la echa hacia atrás es la jodida postura que tiene que adoptar, la postura de hacer como si no pasara nada, como si cada noche que se acostara no soñara con él, como si no supiera que está empezando a enamorarse. Ojalá estuviera en los años 40 bailando un poco de swing y besándolo, marcando su boca con pintalabios rojo, indicando que él es suyo para siempre.

lunes, 14 de marzo de 2011

Tonight is gonna be the night

La vida estructurada, la forma de actuar ante él estudiada y perfeccionada. 
Llega la noche, la fiesta, todo transcurre en el sotano de un garito en las profundidades de malasaña. 
Llega, mejillas sonrosadas, miradas encontradas, pasos encaminados en una dirección, los dos besos y el saludo, el saludo inexistente en encuentros anteriores y ahora efusivo.
Él la toma del brazo, charlan y tras meses vuelve el deseo y la pasión en un estado electrizante.
Esquemas rotos, la estructura venida abajo por un simple movimiento que altera el curso de todos y cada uno de sus pensamientos.
El deseo de él de tenerlo todo, narcisista quizás. No, narcisista seguro.
El enfado de ella por su jodido narcisismo, su egoísmo. La vida según ella consta en elecciones y las elecciones conllevan sacrificios.
"Decídete, joder" parece querer  transmitir ella cuando la situación la llena de confusión y la sumerge en un estado de surrealismo. 
La única solución es que él se arriesgue o que la deje con su jodida estructura bien montada, no necesita más fisuras.

sábado, 26 de febrero de 2011

This old heart of mine

Intentaba conciliar el sueño, estaba cansada pero no conseguía dormir. Decidió escuchar su última adquisición, la banda sonora de una de sus películas favoritas.
Cerró los ojos mientras que sonaba aquella canción que le encantaba, esa canción que reflejaba lo que es estar enamorado, triste pero feliz, con un objetivo en el camino pero sin saber a dónde ir, con ganas de saltar pero a la vez de no hacer nada.

Escuchándo esa canción se quedó dormida, la canción empezó a sonar una y otra vez hasta transportarla a lo que hace meses hubiera sido lo más bonito que le podría pasar. Estaba ahí, estaba con él, había mucha gente pero sólo existían ellos dos, los dos eran felices, los dos reían y bailaban, se besaban y coqueteaban, él subía al pequeño escenario, sacaba sus vinilos y los hacía sonar sólo para ella, todas las canciones eran para ella y esa canción por encima del resto.

Poco a poco el mundo de fantasía empezó a tornarse real. Estaban ellos dos, pero la situación no podía ser más diferente, había mucha gente y ellos eran dos más, la felicidad no los empapaba, reían y bailaban pero con otras personas, esos besos no se compartían y los coqueteos sonaban por el lugar dirigidos a otros.
Él subió y pinchó, canciones buenas y canciones no tan buenas. La noche iba llegando a su fin sin que ellos hubieran cruzado más que miradas furtivas y avergonzadas, pero las palabras no tenían cabida en aquella situación, ya habían habido demasiadas y no nada salió bien.

Y entonces cuando llegó el turno del último tema de la noche, empezó a sonar esa canción, aquella que marco sus sueños, This old heart of mine de los Isley Brothers, y ella no comprendió si todo aquello era real o era parte de sus sueños. No importaba, nada importaba mientras sonara esa canción que le recordaba lo que es estar enamorada.

lunes, 21 de febrero de 2011

Sit me down, shut me up

La soledad.
Vivimos conectados permanentemente, tenemos móviles inteligentes, ordenadores, facebooks, teléfonos, e-mail. Podemos hablar 24 horas al día, pero eso no puede evitar que a veces me sienta sola. Toda esta tecnología hace que relacionarse resulte más difícil.
Antes si una persona quería saber más sobre otra tenía que tener los cojones de llamarla y decirle que quería charlar, que quería conocerla. Y ahora, ahora nos creemos que con leer los estados en facebook conocemos a todo el mundo, creemos que contando nuestra vida por una pantalla una persona nos va a conocer.
Lo siento, en mi caso no es así, en mi caso sabéis las canciones que se pasan por mi mente, sabéis si estoy triste o contenta, pero eso sólo son sentimientos efímeros, no conocéis mis miedos, mis inquietudes, mis alegrías, mis penas y mis glorias, todas esas cosas que hacen que me vaya a la cama con una sonrisa, con rabia o con lágrimas en los ojos. No, no por ser mis amigos virtuales lo sois en la vida real.
No me aguantáis cada día, en los malos o en los buenos momentos.
Definitivamente no nací para vivir ahora, nací para que me conocieran como soy, nací para tener amigos físicos, nací para expresar mis emociones reales en cada momento, nací para tener una primera cita, nací para que él me invitara a cenar, nací para que me abrieran la puerta y me ofrecieran una silla cuando todas están ocupadas. Nací en una mala época, sí, lo afirmo.
Y ahora a ver quién es el valiente que coge el puto teléfono y me dice: "Quiero saber todo sobre ti."

domingo, 6 de febrero de 2011

Sitting in the midday sun

A medida que se va acercando el dichoso día, si ese día llamado San Valentín, ese día inventado para fomentar el consumismo en masa utilizando un recurso como es el amor, ella se va cabreando, y su cabreo va en aumento. Odia la sociedad consumista, odia que pinten el 14 de febrero como el día del amor, odia que la gente finja ser feliz y odia que todo eso provoque sentimientos de soledad y tristeza a todos los "desafortunados" que no tienen pareja en San Valentín.
Es domingo y a pesar de que es febrero hace buen tiempo y el sol brilla, la gente está sentada en las terrazas, ella camina por el centro de Madrid. 
Todo es tan armonioso y perfecto que siente repulsión. Las parejas van de la mano, se dan besos en las esquinas, otros compran regalos para sus parejas. Ella se cuestiona si es que de repente hay enamorados hasta debajo de las piedras o simplemente es porque ella se está fijando demasiado. No lo sabe, pero le entran ganas de coger una pistola e ir disparando a todos los enamorados en sus felices caras, PUM y se acabó el jodido romanticismo que tanto le molesta. No es que ella no sea romántica, lo es, pero simplemente le jode ser una pobrecita sin pareja en San Valentín, le jode que la mitad de sus amigas tengan novio, le jode no poder ni siquiera pensar en alguien, porque su cuerpo está tan cansado de los amores fallidos que se ha decantado por no sufrir más. 
Se ha prometido a si misma que parará de buscar, que ahora le toca ser buscada, pero inevitablemente se siente parte de los solitarios y tristes que pasarán el 14 de febrero solos. Y sí, odia el consumismo pero sabe que le encantaría que ahora mismo alguien estuviera buscando un regalo para ella.

domingo, 23 de enero de 2011

As I look

Estaba en aquel bar, escenario de muchas fiestas a lo largo del año. Esta vez el motivo era el mismo, una fiesta. Se respiraba un ambiente de alegría, de celebración, marcado por el ruído incesante de las conversaciones, ese que ponen de fondo en las películas, sólo que esta vez amplificado, ya que no había protagonistas que debieran ser escuchados por encima del resto. Ahí eran todos importantes. 
Era pronto, los invitados iban llegando, así que ella estaba inmersa en el momento rutinario del saludo, los dos besos y en algunos casos las presentaciones.
Esa noche se sentía guapa, así que dedicaba la mejor de sus sonrisas a cada persona que se le cruzaba por delante. Estaba su mejor amiga con ella, y eso hacía que su confianza aumentara, se sentía respaldada. 
Cuando terminó de repartir besos, se acercó a la barra del bar, agobiada por la cantidad de gente, y pidió amablemente una cerveza para calmar su sed, su amiga pidió otra. Esa era su noche. 
Se bebió la cerveza rápidamente, y el alcohol empezó a subir a su cabeza. Se quedó callada observando a la gente, cuando de repente una figura entre todas llamó su atención. Era aquel chico con el que había compartido tardes y besos en verano. Se acordó que por ese entonces ella estaba locamente enamorada de otra persona y que era por eso que habían decidido poner fin a sus tardes tomando granizado de menta. Realmente nunca lo hablaron, pasó simplemente, pero los dos sabían el porqué. 
No lo recordaba tan atractivo, pero estaba segura de que siempre lo había sido. El problema era que ella nunca se había detenido a pensarlo, porque sus pensamientos más profundos habían sido dedicados a otro. 
Con todos los pensamientos rondándole la cabeza, empezó a echar de menos el calor del verano, los vestidos cortos, las vacaciones, la forma en la que él la llamaba, los bancos en los que se sentaron y hablaron y se besaron, las veces que pasearon de la mano y ella se sentía radiante porque alguien la apreciaba tal como era, las presentaciones a sus amigos, su coche, cuando él pagaba todo lo que ella quería y todas esas conversaciones interesantes que tuvieron. 
Quería correr hacia él y fingir que nada malo había pasado, quería creer que llevaban meses juntos y que eran una pareja muy feliz, pero las cosas no eran así. Su vida amorosa era realmente desgraciada por culpa de aquel, que una vez hizo que abandonara sus tardes de verano con él. 
Se saludaron, hablaron y se rieron. Él se fue y la dejó sintiéndose mucho menos preciosa de lo que se había sentido al principio de la noche.