Music, my only true love

just let me hear some of that rock'n'roll music

lunes, 27 de diciembre de 2010

Heaven

Se acabó.
Intentos en vano de vaciar la mente. No hago más que pensar en todos los fracasos conseguidos, en todos aquellos que se encuentran archivados en algún rincón polvoriento de mi absurda cabeza.
Vienen y se van como un barco a la deriva que ha perdido cualquier rumbo y se encuentra sin control alguno. Se mecen por las olas que determinan las situaciones cotidianas, esos simples hechos que traen los recuerdos de una derrota a un plano presente.
Se pronosticaban guerras con victorias aseguradas, victorias creadas por la ilusión del momento previo al fracaso, como uno de esos gráficos que crecen y crecen, para luego caer a la misma velocidad a la que crecieron.
Y me posee esa urgencia de abrir la ventana para dejarse caer a lo que se pinta como un mundo mejor, simplemente volar, sin pensar, sin sentir nada más que el viento frío pronosticando las promesas que nos hacemos para el comienzo de un nuevo año como si realmente se tratara de un nuevo comienzo y no de un día más en el que recorremos el camino inscrito para nosotros.
Sólo deseo abandonarme a la aventura, sin tener que pensar, sin tener que elegir, simplemente esbozar una sonrisa, una sonrisa que signifique todo a la vez que nada.
Pero que seria una recompensa si detrás de ella no se haya ni la más mínima gota de sufrimiento y esfuerzo. Aprender a vivir saboreando realmente los logros, es lo que nos lleva a vivir los momentos con intensidad y acaba resultando que el sufrimiento no es algo tan malo si después va recompensado de un hecho insólito, aunque haya que esperar años a que éste llegue.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Come on baby, light my fire

Recuerdos de algo que ahora resulta tan lejano. El principo del verano, el principio de algo. 
Manos entrelazadas y vinilos girando. Alta Fidelidad.
Palabras que de no haber sido escritas ya habrían sido olvidadas. Horas pensando en que aquello era infiníto, que jamás se apagaría esa llama de pasión adolescente encendida por palabras justas en el momento oportuno, esas que suelta alguien que ha sabido de sobra lo que es ser adolescente y que sabe que para otra persona significarían nada, pero que para esa adolescente con ganas de amar significan todo. 
Un juego aventajado para alguien que ha vivido eso muchas otras veces.
Luego inevitablemente vienen las lágrimas por seguir queriendo creer que la inocencia no forma parte de uno mismo. 
Meses de incertidumbre con nada más que besos efímeros a los que aferrarse para mantenerse a flote. Deseando sólo unos labios que no son los besados.
Pensamientos de que ya toca que salga algo bien, que el destino tiene que ponerse por una vez del lado que lo merece. 
El amor, ese gran desconocido que va por delante de cualquier percepción humana, que sabe más de la vida de lo que jamás podría ser imaginado.
Altibajos emocionales que derivan en distracciones y por ende pérdida de conocimiento absoluto en campos esenciales para el desarrollo de todas las capacidades. 
Hacer de la vida una película, sólo que con un final abierto a los caprichos del destino y completamente dependiente de las cartas jugadas por sus protagonistas. 
Y derepente, Jaque mate, un golpe maestro que hace que la estructura construída se desmorone en mil pedazos para dejarlo en nada más que recuerdos.
Se necesitan más revolucionarios, se necesita cambiar la rutina, se necesita una historia nunca vista

lunes, 13 de diciembre de 2010

Black Holes

Últimamente reina un sentimiento de inseguridad en mis pensamientos y en mis acciones cotidianas. Siento que cada cosa que pienso, hago o tengo pensado hacer me va a llevar a algo completamente distinto a mis espectativas. En mis decisiones importantes que albergan gran parte de mi futuro, me entran cada vez más dudas, algo normal como es de suponer. Pero no es eso lo que realmente me preocupa. Lo verdaderamente inquietante resulta que dude hasta en los hechos más ridículos. Lo saludo o no lo saludo, me pongo esto o aquello, compro tal o cual, escucho esta canción o la otra, lo hago de esta manera o de otra muy distinta. Todas estas y otra infinidad de preguntas me llevan al borde del colapso y hacen que me sienta desprotegida. No encuentro nunca la solución factible para sentirme completamente realizada. 
Llevo tiempo intentando descubrir a que se debe, cual es la causa de tanta indecisión. Pero no lo sé, hasta para esto me cuesta decidir. Creo que es una mezcla de cada suceso que me ha marcado en los últimos meses y me aventuro a decir que no son pocos, ni malos, ni buenos, que simplemente están ahí, abriendo esa brecha espacio-temporal en mi cabeza que me impide pensar con claridad. Cuando todo se va en forma de espiral por un agujero negro.